Dos Lados Opuestos, Pero Necesarios Para El Encuentro Con La Armonía
Elegimos y decidimos tomando como
punto de referencia aquello que valoramos, aquello que en nuestra escala de
valores toma la mayor prioridad en particular y consideramos nos hará el mayor
bien o el menor mal. Sin embargo, no siempre existe claridad en aquello que es
nuestra prioridad, muchas veces nuestra percepción de aquello que deseamos es
difusa o nuestra capacidad de autorreflexión, de valoración de las situaciones
y toma de decisiones no es la más
acertada. Entonces, luego de estudiar diferentes posibilidades y considerar diferentes
caminos elegimos aquella posibilidad que nos genere una sensación de confianza,
es decir, elegimos depositando la FE en unos criterios en
particular, que consideramos, facilitan y/o aseguran el cumplimiento del
objetivo de nuestra búsqueda.
Posterior al proceso de decisión se
pueden presentar, por lo general tres situaciones;uno,que en iniciono tengamos
definido lo que buscamos en concreto,por tanto la valoración del resultado nos
hace vulnerables a desarrollar dualidad en nuestros criterios, por tanto en
nuestra FE; dos, que lo que decidamos
nos genere satisfacción y tres, que en última
instancia que lo decidido nos genere ansiedad o dolor. Entre más resultados
positivos o satisfactorios a corto, mediano y largo plazo hayamos tenido como
resultado de nuestras elecciones nuestra sensación de seguridad aumenta y
nuestra FE en el criterio que tomamos como punto de referencia se fortalece o
se solidifica. Si por el contrario nuestras decisiones han traídodolor, perdida
y fracaso, se generan sentimientos de inseguridad, temor y disminución de la FE
hacia sí mismo, hacia la vida, hacia los demás, y hacia la posibilidad de la trascendencia.