FE vrs. TEMOR

Dos Lados Opuestos, Pero Necesarios Para El Encuentro Con La Armonía

Elegimos y decidimos tomando como punto de referencia aquello que valoramos, aquello que en nuestra escala de valores toma la mayor prioridad en particular y consideramos nos hará el mayor bien o el menor mal. Sin embargo, no siempre existe claridad en aquello que es nuestra prioridad, muchas veces nuestra percepción de aquello que deseamos es difusa o nuestra capacidad de autorreflexión, de valoración de las situaciones y  toma de decisiones no es la más acertada. Entonces, luego de estudiar diferentes posibilidades y considerar diferentes caminos elegimos aquella posibilidad que nos genere una sensación de confianza, es decir, elegimos depositando la FE en unos criterios en particular, que consideramos, facilitan y/o aseguran el cumplimiento del objetivo de nuestra búsqueda. 




Posterior al proceso de decisión se pueden presentar, por lo general tres situaciones;uno,que en iniciono tengamos definido lo que buscamos en concreto,por tanto la valoración del resultado nos hace vulnerables a desarrollar dualidad en nuestros criterios, por tanto en nuestra FE;  dos, que lo que decidamos nos genere satisfacción  y tres, que en última instancia que lo decidido nos genere ansiedad o dolor. Entre más resultados positivos o satisfactorios a corto, mediano y largo plazo hayamos tenido como resultado de nuestras elecciones nuestra sensación de seguridad aumenta y nuestra FE en el criterio que tomamos como punto de referencia se fortalece o se solidifica. Si por el contrario nuestras decisiones han traídodolor, perdida y fracaso, se generan sentimientos de inseguridad, temor y disminución de la FE hacia sí mismo, hacia la vida, hacia los demás, y hacia la posibilidad de la trascendencia.


FE vrs. TEMOR


Es de vital importancia que iniciemos la búsqueda de la armónica sintonía entre nuestro actuar y nuestro sentir, es necesario atender y escuchar las genuinas necesidades del interior, ya que son estas las que vislumbran el camino acertado en donde la FE puede manifestarse y alejar por completo las tinieblas en las que nos sumerge el miedo, la ansiedad y el temor. El temor entonces es el punto de referencia que nos alerta sobre el peligro, la infelicidad y el sufrimiento y la FE genuina, aquella sensación de confianza y de credibilidad en lo por venir. “Sin oposición no hay belleza”; es la máxima que exalta la necesidad de los faros o puntos de referencia que guíen nuestra vida… Hacia dónde? hacia la Fe o hacia el Temor,,, eso lo decidimos en cada momento, en cada decisión, en cada pensamiento con el que alimentemos nuestro ser interior.



El temor siempre nos pondrá en posición de defensa; solo cuando experimentamos miedo nos preparamos para el peligro, para el ataque; pero simultáneamente y de manera automática nuestro sistema emocional y psíquico inicia la búsqueda de ambientes burdos, sutiles y trascendentales que nos hagan sentir protegidos, y este proceso es únicamente liderado por la más fina intuición de nuestro corazón, es decir por la FE; es decir, que la FE es el sistema de respuesta más esencial y genuino que en última instancia guía nuestra búsqueda de felicidad y armonía. Sin embargo este proceso de posibilitar la permeabilidad de la FE solo ocurre en la plena libertad del ser; cuando los condicionamientos gnoseológicos racionales han sido reducidos o eliminados. Solo de esta manera puede operar y ser vivenciada la Fe, porque sobra decir que esta no puede ser explicada en términos analíticamente operacionales. Entonces la libertad nos da la posibilidad de permitir que nuestra más íntima fe se incorpore en nuestros sentimientos, pensamientos y actos y cuando lo más íntimo del ser sale a flote, sale a flote la dulzura de un ser hecho para dar y recibir el amor.